Era el último año del instituto.
Bella es una joven llena de sueños
y amor, pero a mitad del año todo cambia
cuando encuentra a su novio en la cama de
la chica mas popular de la escuela.
Ella se gradúa y se va a la universidad
sin volver a ese pueblo.
Sin embargo por un problema con su padre tiene que
enfrentarse a sus recuerdos y a esa persona
que tanto daño le ha echo.
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Advertencia:
Todos los nombres de los personajes le pertenecen a nuestra queridísima escritoraStephenie Meyer lo que es mío es la historia.
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Aquí les dejo el segundo capitulo e esta historia sin mas les dejo que lo disfruten.
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Capítulo 2
Preste atención a mí alrededor cuando por la alta voz anunciaban que estábamos llegando a Port Ángeles.
Suspire con agotamiento: “espero que esto acabe pronto así puedo volver a mi casa”, me decía para a mí misma.
Estaba saliendo del aeropuerto cuando vi una figura delgada, alta y de cabello rubio que me miraba con esos ojos brillantes. Cuando reaccione ya la tenía encima abrasándome con fuerza.
_¡Amiga tanto tiempo!_ lloriqueo Rosalie
_¿Qué haces aquí?_ pregunte perpleja, ya que no esperaba a nadie y menos a ella.
_Un hola y te extrañe sería mejor_ respondió con cara de enfado.
_Hola ¿cómo estás?_ le respondo cortes.
_Bien, contenta de volver a verte. Te he extrañado tanto _
De repente se rio, retomado su alegría. Salimos en silencio del lugar hasta el aparcamiento. Y subimos a un hermoso auto descapotable rojo.
_Me alegro que estés otra ves aquí Bella_ clamo Rose rompiendo el silencio.
_¿Si? Lo que no sé y me pregunto ¿Qué haces vos acá? respondí curiosa. _ Hasta donde sé, tus padres se mudaron a California hace dos años y vos vivís en New Jersey.
La mire con seriedad sospechando algo raro en sus ojos, ella puso los ojos en blanco y luego sonrió avergonzada.
_Vine hace una semana a conocer al hermano mayor de Alice_
La mire mas confundida que antes _¿Emmett volvió de Francia?_ pregunte con asombro y sentía la emoción correr por mi cuerpo, pero no la podía detener.
[A Emmett, Edward y Alice los conocí cuando entre a la escuela. Cuando ella se acercó a mí me abrazo _Tú serás mi mejor amiga para siempre _ se expresó junto a sus dos hermanos que la acompañaban.
No se como lo supo desde ese momento, ya que tan solo teníamos 6 años pero aquí estamos siendo amigas pese a la distancia.
A los 15 años Emmett decidió irse a Francia a estudiar, para mí fue muy triste saber de su partida.
Un tiempo estuvimos comunicados pero luego dejamos de hablarnos. Él de vez en cuando me mandaba mensajes que yo no contestaba por vergüenza a no poder contener las lágrimas]
Rose no conocía a Emmett en persona, ya que ella junto a su familia se mudaron a Fork al segundo año del instituto cuando ya el mayor de los Collen se había marchado. Solo lo conocía por foto que la pequeña duende le mostraba. Rose, siendo tan ella, se enamoro de las foto de Emmett.
_Sí, vino hace unos dos meses y quería conocerlo en persona. No pude venir antes porque la fábrica estaba complicada con las cuentas y como soy la mejor contadora que tienen, no me podían dejar ir. Era un fastidio pero al fin lo pude arreglar y hace unos días atrás me tome vacaciones._ su sonrisa se ensancho_ En fin, Él es re guapo las fotos que vi no se comparan en nada a lo que es ahora. Grandote y musculoso para colmo es un dulce, es un oso de peluche en tamaño gigante_ El brillo en sus ojos lo decían todo y más _ Y qué te parece me invito a una cita para conocernos mejor es tan emocionante_ Se le iba la vida en esas palabras.
_Uf veo baba por ahí, que no se note que te gusta_ le comente y sonreí disimuladamente.
_Sí_ afirmo sin problema.
Nos quedamos en silencio un rato, cada una en sus pensamientos
_¿Cuéntame algo de ti?_ soltó Rose de repente
_¿De mí, qué?_ Pregunte confusa.
_Algo de tu vida, de tu trabajo, no sé… algo_
_Mi vida no es tan emocionante como la tuya Rose, no sé… mmm hace una semana terminamos con el caso de un maldito desgraciado que golpeo a su mujer hasta dejarla casi muerta. Después de eso solo esperando a los nuevos abogados que salen de la universidad.
Luego de un tramo de recorrido ya estábamos en el hospital.
_Llegamos. Sé que tienes que ver a tu padre y que estarás muy cansada así que podemos arreglar mañana para salir con Alice. Las tres como antes, ¿hasta cuándo te quedas? _
_Aún no lo tengo definido pero créeme, tratare de que sea lo menos posible.
Al cruzar las puertas me dirigí hacia el mostrador de la recepción. Allí una señora de edad, con rostro áspero y antisocial, estaba archivando datos en una computadora. Le pregunte por la habitación en donde se encontraba internado mi padre. Ella levanto el rostro, frunció sus cejas y de lo más asquerosamente posible me contesto.
_¿Cuál es el apellido de su padre?
_Swan, Charlie Swan. Es el jefe de la policía local.
_Ya lo sé cariño, espera un instante_ ingreso los datos en la computadora y se volvió a dirigir hacia mi persona. _Se encuentra en el cuarto piso y su habitación es la 302.
_Muchas gracias_ le conteste y yendo por el pasillo me alejaba de aquella vieja “tan amable”.
Ya delante de uno de los ascensores, presione el botón y espere a que abriera sus puertas. Una vez en el interior, mientras subía, pensaba en como reaccionaria mi padre. Hacía mucho tiempo que me había alejado de Fork.
Cuando ya había llegado al cuarto piso, las puertas se abrieron y la figura que menos esperaba estaba allí… parada como esperándome. Su mirada se había fijado en mí de tal manera, que parecía que un espectro se le hubiese presentado ante él.
Lo mire con asombro, mi corazón se detuvo por un momento, e inmediatamente lo ignore. Esquivándolo, seguí por el pasillo para llegar a la habitación de mi padre. Desde un espejo, colocado en una esquina superior, pude observar como Edward se encontraba como congelado. Seguramente ni siquiera él esperaba encontrarme en aquel lugar, en aquella hora.
“302” figuraba en la puerta, su número laminado brillaba con las luces del hospital. Mi mano se apoyó en el picaporte, sin embargo no me apresure a abrir. Me quede perdida en el tiempo, entre los pensamientos del pasado, la reacción de mi padre y muy sigilosamente se colaba la imagen de Edward en la salida del ascensor.
Cuando reaccione entre muy silenciosamente. Allí estaba él, recostado en su cama. Sus ojos estaban cerrados, primeramente pensé que se encontraba durmiendo pero una pequeña tos me percato de que no era así. El equipo que monitoreaba su salud emitía pitidos cada tantos segundos, fue en el único detalle que me detuve a observar.
Me acerque lentamente, tratando de pasar lo más desapercibidamente posible. Dio vuelta su rostro y sus ojos brillaban con intensidad, una alegría inmensa desprendía aunque no digiera una palabra.
_Finalmente viniste, te estaba esperando.
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