Prefacio:
Todo pasó en una noche de fiesta de disfraces. Donde habíamos sido invitadas mi hermana y yo, no sabía bien quien nos invitó pero allí estábamos estaba repleto de chicos tomando y bailando sin parar.Estaba sentada en la barra tomando no sé qué pero tampoco quería saberlo me conformaba que sea alcohol.
Mi hermana se había ido a buscar valla a saber a quién eso era costumbre en ella me insistía en que la acompañe a alguna fiesta para después dejarme sola para acostarse con el primero que se le crucé en su camino, quería irme a casa pero no podía volver sin mi hermana sino quería que mis padres me echen la bronca por no haberla llevado con migo.
Preste un poco de atención a mi alrededor para distraer mi mente encontrándome con un par de orbes verdes que me miraban con ruego, preste un poco más de atención a su alrededor y me di cuenta que una chica vestida de conejita lo tenía apoyado contra la pared.
Las bebidas que había tomado un momento atrás me estaban haciendo efecto ya que me sentía más ligera y con muchas ganas de bailar.
Me levante de la silla alta donde estaba sentado y con pasos lentos me iba acercando a él, estaba vestido de vampiro con una camisa blanca un chaleco bordo, pantalón negro y una capa que le llegaba casi a los tobillos. También una máscara blanca que no me dejaban disfrutar de su rostro por completo, era como tener a una figura sexi de las revistas.
Cuando llegue a donde estaba con un tirón lo retire de las garras de Yesica y lo arrastre a la pista de baile. La zorra no pudo reaccionar a tiempo que solo salió “Ey” de su boca por el tirón, tampoco le di tiempo para que me hablara. En la pista me empecé a mover al ritmo de la música él me quedo mirando por un momento y luego empezó a bailar. Cruzamos un par de palabras entre ellas me agradeció por sacarlo de ese momento tan incómodo para él.
No recuerdo cuanto tiempo estuvimos bailando pero me sentía en las nubes era un momento especial al menos para mí.
Poco a poco la música se tornaba más lenta y cada vez nos acercábamos el uno al otro hasta quedar fusionado su cuerpo con el mío las caricias se pusieron más cariñosas. El pasaba sus cálidas manos por la parte más baja de mi cintura yo no dude en enredar mis manos en su cuello.
Un calor desconocido y a su vez desconocido recorría todo mi cuerpo y se juntaba en medio de mis entre piernas, lo apreté más a mi sintiéndolo en el mismo estado que yo, hundió su cara en mi cuello dándome pequeños besos provocándome espasmos por la sensación.
_¿Quieres ir a otra parte?_ dijo con su vos distorsionada por el deseo.
_Si_ le respondí y me sorprendió mi vos esa no era yo
Salimos de la pista de baile yendo hacia la planta alta el lugar era grandísimo así que no podía saber en cuál de las escaleras estaba eran todas idénticas.
Arriba era un pasillo largo con barias puertas de costado, el camino hacia una habitación era silencioso mientras el tironeaba suavemente de mí.
El silencio me dejo pensar en lo que íbamos a hacer y las preguntas saltaron en mi mente ¿estaba preparada para darle mi virginidad a este extraño? ¿Me tratara bien? Mis dudad se disiparon cuando se dio media vuelta para mirarme y sus ojos verdes chocaron con los míos.
_Estas segura de esto_
_Si lo estoy_ respondí para él y para mí.
Al momento me di cuenta que no conocía su nombre ni él el mío
Ya estábamos adentro de la habitación era hermoso el color era un azul marino, estaba decoradas con muchos cuadros antiguos y en el medio una cama grande con su cubre cama celeste. Sentí el seguro de la puerta pero no me asuste sabía que era para que nadie interrumpa el momento.
Me di la vuelta para preguntarle su nombre pero sus labios atacaron los míos primero con suavidad pero insistentes que no dude en responder. El calor volvió a mi cuerpo con más intensidad que antes.
Nos unimos en pasión en esa suave.
Él fue tan delicado, apasionado y tierno me sentía en la sima. Nos quedamos recostados, yo apoye mi cabeza en su fornido pecho hasta quedarme dormida.
Al despertarme estaba tapada hasta el cuello recorrí toda la habitación pero no había nadie más que yo.
Me sentía frustrada no porque se allá ido sabía que esto pasaría, sino por no saber el nombre del que me ha hecho pasar la mejor noche de mi vida.
Me vestí rápido no sabía qué hora era y mi hermana me andaría buscando, cuando bajé las escaleras la fiesta ya estaba terminando.
Estuve semanas tratando de averiguar la identidad de Él, les pregunte a los de la fiesta pero al parecer nadie lo conocía. Hasta que termine pensando que era solo producto del alcohol.
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